El insomnio, según el Instituto de Investigación del Sueño (IIS), es una disminución de la capacidad de dormir. En general, es el trastorno del sueño más frecuente en la población, afectando más a las mujeres (por tema hormonal y especialmente en la menopausia) que los hombres.
En el pasado otoño ya hablamos de la astenia otoñal. Ahora toca hablar de la astenia primaveral, que aun siendo muy similares, no es realmente lo mismo. Aunque las dos se dan por el cambio de horario, a diferencia de la otoñal, la astenia primaveral también se da por el aumento de las horas de luz. Gracias a estos cambios, nuestro cuerpo puede sentir los siguientes síntomas: somnolencia, cansancio, desmotivación, cambios de humor… Al igual que la astenia otoñal, estos síntomas no deberían durar más de 15 días. En este caso también se altera la producción de melatonina, ayudando a que uno se encuentre más cansado.
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Con el cambio de estación del verano al otoño los días se acortan, disminuyendo por tanto las horas de luz. Es en este momento del año cuando con frecuencia aparece la astenia.
La astenia otoñal es una adaptación a estos cambios de estación y suele durar unos días (no más de 15 días). Se trata de un estado de ánimo en el que se tienen menos ganas de hacer cualquier actividad, apatía, los ánimos están más bajos, se dan alteraciones de biorritmos, tristeza, decaimiento, dificultad de conciliar el sueño… Leer más